Té de flor de saúco: un remedio prehistórico

15 Junio, 2022

¡Una medicina curativa prehistórica! Bueno, esto no suena muy relevante ni científico. Sorprendentemente, en estudios realizados en 2006, un extracto de la planta del saúco demostró ser eficaz contra la cepa H5N1 de la gripe aviar. Esta fascinante planta lleva milenios ayudando a los humanos a curarse, al tiempo que deleita nuestro olfato y nuestras papilas gustativas.

Qué es la flor de saúco

La flor de saúco, baya de saúco negra, saúco europeo o simplemente saúco, inicialmente clasificada en la familia de las madreselvas, fue reclasificada como una Adoxaceae, una pequeña colección de plantas con flores. Seguro que la has visto mil veces en bordes del camino mientras paseas por el bosque.

Nombre en latín

Sambucus Sí, el Sambuco, sí, el alcohol, toma su nombre de esta planta, aunque la Sambuca, tal y como la conocemos, no está hecha de flor de saúco, sino de café. Sambucus se traduce como "regalo de los dioses" que no entraremos a valorar este asunto.

La flor de saúco prehistórica

Ha habido muchos usos de la flor de saúco a lo largo de la historia, pero cronológicamente, tenemos que empezar nuestra historia en la Europa prehistórica, antes del año 3000 a.C. con la variedad de saúco negro. Cuando los científicos hablan de la prehistoria, suelen referirse a la época anterior a los antiguos egipcios, donde la documentación de la historia es incompleta. Los asentamientos humanos surgieron por primera vez hace entre 48.000 y 15.000 años en Europa y se han encontrado yacimientos en Italia y Suiza que demuestran que el hombre prehistórico consiguió cultivar el árbol de la flor de saúco, aunque no sabemos con certeza para qué uso y precisamente en qué época. Existen recetas de medicamentos basados en la flor de saúco que se remontan al Antiguo Egipto, donde alrededor del año 3500 a.C. se han desenterrado cadáveres junto a la tintura de flor de saúco. En la antigua Grecia, Hipócrates, el antiguo griego recordado cariñosamente como el "padre de la medicina" describió la planta de la flor de saúco como su "botiquín" debido a su éxito en el tratamiento de muchas enfermedades.

El saúco negro aparece en la literatura en Francia durante 1651 junto con las pruebas de su uso en el norte de África y Asia para alejar el mal y prevenir enfermedades y problemas de salud. Los nativos americanos también descubrieron su baya de saúco autóctona, conocida como Sambucus canadensis o saúco americano, similar al saúco negro en cuanto a su sabor y propiedades curativas, donde los nativos americanos utilizaban la planta para tratar las fiebres. El saúco americano sigue siendo relativamente desconocido, en contraste con el saúco negro, cuyos usos bien establecidos permiten una amplia utilización y una rica documentación. En efecto, el saúco americano se trata como si fuera uno solo con el saúco negro, pero cabe destacar que el saúco americano es una planta distinta con diferencias significativas y que puede ser objeto de mucho más estudio.

La renombrada herborista británica Maude Grieve escribió en la década de 1930 sobre la flor de saúco y su uso como "uno de los mejores preventivos conocidos contra el avance de la gripe y los efectos nocivos de un resfriado" junto con otros relatos elogiosos de sus propiedades curativas. Las bayas de saúco maduras se conocían antiguamente como la "uva de los ingleses" y a menudo se convertían en vino de flor de saúco, ya que el abundante polen contiene suero y levadura que permiten la fermentación natural junto con el delicioso sabor. Hoy día reposteras reputadas como Arantxa Goyoaga la usan como topping de sus deliciosas recetas