El jamón ibérico es uno de los platos estrella en todas las comidas importantes: en comidas de empresa, en eventos familiares o en navidades, nunca falta un plato de delicioso jamón ibérico. Además, es uno de los alimentos que más exportamos al extranjero, y es que no tiene rival, si no que se lo digan a aquellos que han tenido que pasar temporadas lejos de casa, siempre en la maleta con un sobre de jamón ibérico.
Cómo todo el mundo sabe, el jamón ibérico es un tipo de carne curada que proviene de cerdos criados en la península ibérica. Pero ¿sabemos todo lo que hay que saber sobre el jamón ibérico? A continuación te descubrimos 10 curiosidades que debes saber sobre este producto estrella.
1- Las etiquetas del jamón.
Cada pieza de jamón lleva una etiqueta de un color determinado, gracias a ella sabemos qué tipo de jamón estamos consumiendo y su calidad. Existen 4 tipos de etiquetas:
Etiqueta negra: esta etiqueta nos informa de la alta calidad del jamón, ya que se trata de un jamón de bellota 100% ibérico. Son cerdos criados en libertad y alimentados durante su última fase de engorde con pastos naturales y bellotas.
Etiqueta roja: al igual que la etiqueta negra, hablamos de cerdos alimentados principalmente con bellotas, pero que no son de raza ibérica al 100%. Son cerdos que que se han cruzado entre si y solo se puede garantizar un 50% o 75% de su pureza.
Etiqueta verde: esta etiqueta sirve para identificar aquellos cerdos que se han alimentado con piensos, complementandolo también con pastos naturales. Pueden ser de tres tipos de pureza: 100% raza ibérica, 75% o 50% de raza ibérica.
Etiqueta blanca: es para aquellos jamones con una calidad baja, ya que se trata de cerdos criados en granjas que comen exclusivamente piensos. Al igual que los de etiqueta verde pueden ser de tres tipos: 100% raza ibérica, 75% o 50% de raza ibérica.
2- Cómo comer el jamón.
Pese a que lo tenemos que conservar en frío, la mejor forma de saborear su gran sabor es consumirlo a temperatura ambiente (24º), por ello te aconsejamos que antes de emplatarlo lo saques del frigorífico 1 hora antes.
3- Diferencias con el jamón serrano.
Cuando hablamos de jamón serrano nos referimos a aquellos cerdos que no son 100% de raza ibérica y que además son alimentados durante todo su engorde con piensos de manera intensiva. Las diferencias con respecto el jamón ibérico están en el olor, el sabor y la textura. Pero para cualquier consumidor diferenciarlos es fácil, ya que basta con mirar el etiquetado.
4- No tapes el jamón con un trapo.
Muchas personas cubren la pieza de jamón con un trapo cuando ya han terminado de cortarlo, pero no hagas eso. Lo más aconsejable es cubrir el jamón con su propia corteza, de esta manera no se oxidará, pero cuando vuelvas a consumirlo, deberás limpiar esta zona. También puedes cubrirlo con un film transparente, para evitar la oxidación, y luego con un trapo para que no le de la luz directa.
5- ¿Por qué se cuelgan de los techos?
Algo muy típico de bares y restaurantes es ver jamones ibéricos colgados de los techos del local, pero ¿por qué se hace esto? Más allá de tradiciones ancestrales, en la actualidad los jamones se cuelgan para que estén bien aireados. Gracias a colocarlos en esta posición, se ventilan y la humedad que tiene la propia pieza va desapareciendo de forma gradual. Y así es como también los tienen en cuartos y bodegas durante el proceso de secado y curación. La grasa va cayendo poco a poco hasta la punta de la pieza, es por ello que además de verlos colgados, también los vemos con un elemento que recoge esa grasa, si no… qué faena.
