Chucrut, ¿te animas?

16 Noviembre, 2021

En otoño en el centro de Europa huele un poco raro, a lo largo y ancho de Europa se empiezan a hacer conservas pensando en el invierno y el choucroute (en Francia) o sauerkraut como se le conoce en Alemania es el protagonista de este tipo de preparaciones. Es básicamente una conserva de repollo, algo ácido y fibroso. Algo que en España nos suena a invento marciano en Alemania, sin embargo, es increíblemente difícil de evitar: es un alimento básico en los menús de los restaurantes, principalmente como acompañamiento de la carne de cerdo en sus diversas formas, y que aunque nos resulte extraño puede llegar a convertirse el algo casi adictivo como complemento de las salchichas, codillo de cerdo asado y chuletas de cerdo curadas.

Sin embargo, para cualquiera que se haya criado lejos de las llanuras europeas es intimidante la idea de hacer chucrut: desde el olor, a las altas probabilidades de que se pique o haga moho, el horror plausible de que los tarros exploten en el refrigerador...

Pero quién dijo miedo, hay que probar tradiciones culinarias tradicionales ajenas y los métodos de conservación de alimentos, hay buenas guías (y esta no pretende serlo) para vigilarlo cuidadosamente y evitar crecimientos desagradables y / o accidentes no deseados. Siguiendo unas instrucciones muy básicas descubriremos lo fácil que es hacer chucrut, y creo que en un futuro podríamos atrevernos con el Kimchi.

Preparar chucrut en la cocina

En realidad, solo hay dos ingredientes básicos que necesita para hacer chucrut, repollo blanco y sal, pero se pueden agregar otros ingredientes como vino, bayas de enebro, clavo y semillas de alcaravea dependiendo del gusto regional alemán que queramos darle. Para un principiante hay que apostar por lo más simple, ya que lo hace más flexible una vez que está listo para comer: en Alemania, el chucrut se sirve caliente, generalmente estofado con manzana picada, cebolla y / o tocino, así como especias como hojas de laurel y granos de pimienta (también como los enumerados anteriormente) dependiendo de con qué lo esté comiendo.

Repollo blanco rallado en un bol

Para que su preparación de chucrut vaya según lo planeado, hay un par de puntos importantes a tener en cuenta: en primer lugar, para evitar el crecimiento de moho en su frasco, hay que ser absolutamente pulcro con la higiene, asegurarse de que el frasco esté impecablemente limpio antes de comenzar, lo mejor que pueda. La apuesta es ponerlo en el lavavajillas y dejarlo secar al natural. También se recomienda crear una tapa interior con una hoja de repollo, que protegerá su chucrut en caso de que crezcan bacterias rebeldes en él, y evitará que se forme levadura encima, por lo que no tendrá que desnatar o raspar como el repollo fermenta.

También es importante almacenar el repollo en fermentación a la temperatura correcta: demasiado caliente y podría enmohecerse; demasiado frío y el proceso de fermentación se detendrá por completo.

Es una pequeña clase de química que no debe asustarnos, desde aquí os invitamos a experimentar, como siempre.