La castaña, reina del otoño

16 Noviembre, 2019

Todo el mundo ya sabe que el 23 de septiembre comienza el otoño, pero existen otras señales que nos avisan de la llegada de esta mágica estación: las mañanas comienzan a ser más frías, el paraguas forma parte indivisible de nuestro cuerpo, las noches llegan antes y nuestras calles están repletas de puestos de castañas. Y es que la castaña es sin duda alguna la reina del otoño. 

Se trata de un fruto seco con increíbles cualidades nutricionales, ya que contiene unas 10 veces menos grasa que el resto de frutos. Por ejemplo, mientras un puñado de almendras, avellanas o cacahuetes tiene unas 600 calorías, el mismo puñado de castañas aportaría a nuestro cuerpo solo 200 calorías. Esto la convierte en un alimento muy saludable e incluso se recomienda consumir entre 5 y 6 castañas diarias. 

Entonces, ¿podemos considerar la castaña como un súper alimento? Rotundamente sí. Tienen un aporte calórico muy bajo y las grasas que aportan a nuestro cuerpo son insaturadas y cardiosaludables. Pero las castañas no solo tienen grasas beneficiosas para nuestro organismo, si no que además son una fuente natural de fibra, ayudándonos a regular nuestro tránsito intestinal, a aumentar de nuestras defensas y, un aspecto para algunos muy importante, tienen un efecto saciante. 

Pero cuidado, los expertos advierten que comer castañas crudas puede ocasionar ciertas molestias intestinales, a consecuencia de los taninos que poseen. Por lo que es recomendable comerlas unos días después de su recolecta. 

Nuestra recomendación, comerlas cocinadas: asadas (al horno o en microondas), en crema, acompañando a primeros platos, como en ensaladas, o a los segundos, por ejemplo, con un delicioso trozo de entrecot. Las castañas son un buen acompañante para cualquier plato o incluso siendo ellas mismas el plato principal. Deja volar tu imaginación, las castañas harán el resto. 

Como decíamos al principio, algo muy típico en otoño y que se extiende hasta finales del invierno, son los puestos de castañas asadas. Son una delicia, sobre todo cuando hace frío y quieres calentar las manos. ¡Es la excusa perfecta! Pero si no te apetece salir de casa y tienes castañas recién recogidas del pueblo, no te preocupes, te explicamos cómo asarlas bien. 

La forma más típica de asarlas es a la brasa, pero como no todo el mundo dispone de un caldero para hacer brasas, mejor las hacemos al horno. Mientras se calienta el horno a 180 ºC, realizamos un corte en la cara convexa de las castañas. Después, utilizando la bandeja del horno, las introducimos para que se asen, unos 20 o 24 minutos, todo dependerá de los secas que estén o lo grandes que sean. De vez en cuando abre el horno y muévelas, para que se hagan de forma homogénea. 

Si después de asarlas las dejas en remojo un rato, quedarán muy jugosas. También puedes echar sal a este agua, para darles un toque salado o, como hacen en Italia, añadir un poco de licor o de vino. Este es el momento para que las pongas a tu gusto.